jueves, 25 de julio de 2013

El día de Santiago

Para un santiagués como nuestro presidente del Gobierno, hoy es el día de Santiago más triste de su vida... Claro. Qué menos.

Para una ciudadana cualquiera, como soy yo, el accidente de tren de Galicia me parece un desastre, una vergüenza y el inicio de un larguísimo proceso que, ha empezado mal, matando a 80 personas y ha dejado a otras muchas luchando por vivir.

Los puntos de vista de las tragedias me parecen una perdida de tiempo. Lo que duele, duele. Lo que quema, quema. Lo que mata, mata. Y punto. Son verdades impepinables y suelen ser lo suficientemente importantes como para ponerse a perder el tiempo en dilucidar "si tú más o yo menos". Nada. Hay 80 muertos, que tendrían familia, pareja, seres queridos. Hay tres niños muy graves. Hay límite de velocidad superado al doble. Le pregunta no es ¿qué te parece?... La pregunta es ¿por qué? y sinceramente creo, que todo debe girar entorno a eso.

Que nuestro país es un país de gente solidaria, lo sabemos. Los gallegos saben bien lo que es eso. Ya tuvieron lo suyo cuando el Prestige, y aunque no se trataba de una accidente de esta magnitud, también fue un ejemplo de solidaridad, cuando se movilizaron españoles de todos lados, se plantaron el mono de plástico y se pusieron a pasar el rastrillo.

En esta ocasión, los vecinos cercanos al lugar del accidente salieron al auxilio de los heridos, trayendo mantas, tablones, sujetando goteros y consolando, lo más difícil, lo que no se puede aprender en cinco minutos porque, tiene que salirte de dentro. Gente humana. Gente en extinción a veces.

Es triste reconocer que en situaciones como estas comprendes lo importante que es ser buena persona. Los heridos, los muertos, no son juzgados, no es menester. Los sanitarios, los bomberos, los policías, los nacionales... ellos sin lo son, y es normal, pues como decía un bombero que acudió al accidente de motu proprio, estando de vacaciones: "lo importante era sacar el servicio hacia delante entre todos". Eso es. Sacar el servicio, ser profesionales y hacer las cosas como debe ser, bien hechas.

Está por ver el peritaje que a modo de peregrinaje danzará y rondará al accidente. Está por ver si fue un fallo técnico o humano. Está por ver todo, porque como les decía al principio del texto, el proceso acaba de empezar, aunque el día de Santiago sólo dure veinticuatro horas.

lunes, 1 de octubre de 2012

A cada cual, lo suyo

En muchas ocasiones, los demás intentan aprovecharse de uno, sacar partido a esa lista interminable de favores que nunca vuelve a ti, inventando historias o simplemente argumentando una escuálida verdad.
Los demás no siempre tienen buenas intenciones, ni tienen la intención de tenerlas. Van a lo suyo, con el manido recurso de haber llegado antes que tú o tener un contrato fijo.
Lo incierto del mañana nos está condicionando, está limitando nuestra libertad e incluso, nuestra dignidad. No hablo de inversiones bancarias o política internacional. Hablo del que tienes enfrente cuando trabajas.
No dudo cuando pienso que, el tiempo pone a todo el mundo en su lugar. Que de algún modo se hace justicia, incluso cuando ya habías olvidado aquella jugarreta o cómo consiguieron fastidiarte las vacaciones. Lo que procuro no olvidar es que no son mis amigos ni tengo que actuar como si lo fueran.

domingo, 3 de junio de 2012

Las tardes de domingo no deberían existir, y en caso de que ésto no fuera posible, deberían ser como una larga y profunda siesta gatuna...


... miau

viernes, 1 de junio de 2012

Alta necesidad de renovar el vestuario (y el calzado) de verano. 
El problema está en haber descubierto el odio absoluto que he desarrollado hacia las tiendas y todo lo que las rodea. 
En fin...